Rodeado de un auténtico mar de olivos, Arroyo del Ojanco se asienta
en la vega del Guadalimar, en una inmensa llanura en plena carretera
N-322, que atraviesa su casco urbano. Al abrigo de esta importante vía
de comunicación ha ido creciendo el pueblo y también los servicios. Es
un municipio joven que mira al futuro con optimismo y que es antesala de
la Sierra de Segura.
La población, con antecedentes que se remontan a la Antigüedad,
surgió al abrigo de la carretera N-322, que todavía es un recurso
importante para su economía por los servicios de hostelería, talleres,
transportes y comercios requeridos. Es un importante centro de servicios
de la comarca segureña.
El cultivo del olivar ocupa abrumadoramente casi la totalidad de su
territorio municipal. Se obtienen aceites de gran calidad, protegidos
por la Denominación de Origen Sierra de Segura.
Su entramado urbano se formó a principios del siglo pasado, por la
febril actividad que provocó la construcción del ferrocarril
Baeza-Utiel. Ahora, ya en el siglo XXI, es la autovía proyectada entre
Linares-Albacete la que marca su futuro más inmediato. Sus calles son
alargadas y su trazado totalmente llano.
Los ríos Guadalmena y Guadalimar surcan su término municipal,
regalando un paisaje de vega al cauce del Guadalimar, con sus
características de llanura y riqueza hidrográfica que forma parte del
conjunto orográfico de la Sierra de Segura. Cercano al municipio, en
dirección a Puente de Génave, se encuentra el embalse del Guadalmena, el
tercer gran pantano de la provincia. Está ubicado en una zona de monte
mediterráneo que alterna con pinares de repoblación.